jueves, 26 de noviembre de 2015

DE PINTXOS POR BILBAO


Comer en Euskadi es una auténtica delicia. La gastronomía vasca goza de una enorme popularidad, sus reconocidas escuelas de hostelería han formado a los mejores cocineros del mundo, y la mezcla de vanguardia y tradición por la que se caracteriza no deja indiferente a nadie. Al menos, a nosotras. Como en La Brújula Mochilera le hemos cogido el gusto a esto de ponernos hasta arriba para luego contároslo, aprovechamos nuestra visita a Bilbao y alrededores para irnos de tapas… o más bien, de pintxos como allí los llaman.




Una de las costumbres del botxo o caso viejo de Bilbo, es pasear por sus Siete calles e ir de bar en bar tomando el aperitivo en forma de pinchos. Tapitas de pequeño tamaño que suelen ir pinchadas con un palillo. Hay quien dice, que lo que se debe hacer, es dejar todos los palillos en el plato para que después el camarero te cobre contando los que hay. Sin embargo, por lo que parece esto no es así. Quizá, algún bar de Euskadi, hacía algo parecido y lo puso de moda en muchas tabernas vascas repàrtidas por la península. Al menos en nuestro caso, no pagamos de esa manera en casi ninguno de los sitios donde comimos, sino que después de degustar los pintxos, nos lo preguntaban directamente. Nos sorprendió gratamente esta confianza, los que venimos de Madrid no estamos acostumbrados. El autor de este artículo desmiente también la versión de los palillos, ¡echadle un vistazo!

Junto a los pintxos, lo típico es beber unos medios vasos de vino o cerveza, lo que llaman el poteo (por los vasos llamados potes, o también zuritos). Es, sin duda, la mejor forma de acompañar este aperitivo. Aunque también, te sirven cañas o vasos normales, dependiendo de donde vayas.



Comenzaremos con uno de los pintxos más sencillos pero más sabrosos, y muy típicos de la gastronomía de Euskadi. Este es la Gilda. Una especie de banderilla cuyos ingredientes básicos son la anchoa, la aceituna manzanilla y la guindilla amarilla. Aunque como comprobamos, puede llevar otros al gusto, en este caso la cebolla roja. Cuentan que su nombre viene del famosísimo personaje de Gilda interpretado por Ritta Hayworth, y que comenzó a denominarse así en un establecimiento de Donosti (Casa Vallés)r; ya que era picante y sorprendente como ella.



Os dejamos un vídeo donde el maestro cocinero Juan Mari Arzak os enseña a preparar ese aperitivo, perfecto para cuando invitéis a un tentempié en casa.



Otro de los platos estrella de la cocina vasca es el bacalao al pilpil. El pescado, es acompañado por una salsa con aceite, ajo y guindilla. Existen controversias sobre el tema, ya que hay quien insiste que una cosa es el pilpil y otra es la salsa ligada, y que a veces, esto se confunde. Como la famosa Maquesa de Parabere, una de la escritoras de libros de cocina más populares de Euskadi, sus libros están en muchas de las cocinas de las casas de la zona. De hecho el nombre de pilpil se refiere al sonido que emiten las burbujitas que suelta el bacalao tras cocinarse. Asi que ya sabéis, si no hace pilpil, es salsa ligada.


Una salsa que también es típica en los platos de la región, es la salsa vizcaína. Con ella se realizan pescados, carnes e incluso productos de casquería, como estos callos que probamos (bueno, que probó mi compi de viaje, porque a mi esas cosas poquito) en un restaurante del pequeño pueblo de Murguía, el Zuía Café. La salsa se elabora con pimientos choriceros, cebolla, ajo, vino y a veces, con un toque de manzana. Como casi todos los platos de callos, la tapa llevaba morcilla, de la que no contiene arroz.


Murguía es un pueblo con muchísimo encanto, y se encuentra cerca de la Sierra de Gorbeia, en Bilbao. Hablaremos de este lugar el alguna de nuestras próximas entradas. Mientras, queremos deciros que si visitáis Murguía, no dejéis de pasar por Casa Areso para probar sus pintxos. Nos lo recomendaron y no se equivocaron, además tiene un jardincito perfecto para tomar unas cervezas los días de buen tiempo.





Uno de los pintxos que más nos gustó fue la brocheta de ternera del Bar Zaharra, situado plena Plaza Nueva de Bilbao. Los hacían al momento, y lo servían con un pimiento del piquillo, todo a la brasa. La carne de la zona es también excepcional. Dicen que uno de los puntos fuertes de la gastronomía vasca, es su mezcla de mar y montaña, con muy buen producto de ambos.






Los camareros eran muy majetes y encima en local sonaba Piperrak, Evaristo, y otras reliquias del punk rock vasco. Muy recomendable.

Quizá ahora algunos se sorpenda por lo que voy a decir… pero la llamada tortilla española, tortilla de patatas de toda la vida… puede tener en Euskadi sus raíces. Fuentes aseguran que el general carlista Tomás de Zumalakarregi la preparaba  para alimentar a su ejército y ayudar a reponer fuerzas a sus hombres.

Nunca lo sabremos con seguridad. Es posible que ya existieran mujeres que hicieran tortillas de patatas en sus casas en otros lugares. Sea como sea, las que pudimos probar aquí eran realmente las mejores que probé en mucho tiempo, gorditas y jugosas, sin estar secas ni tampoco deshechas. Lo que es al punto.



Otro de los sitios que nos dejó buen sabor de boca en todos los sentidos fue la Taberna Zirikaldi, también en el botxo. Su dueño nos contaba como vivía allí desde pequeño, en la calle de la Pelota, y como desde siempre, la zona del casco viejo había derrochado vida. Y es cierto, pudimos comprobar como tanto a mediodía como de noche, sus calles estaban abarrotadas, de gente que se apiñaba en las puertas de los bares para tomar sus potes y pintxos.





Para finalizar, no podemos olvidarnos del Bar Irrintxi, en la famosa Calle Santa María. Un establecimiento de moda, donde encontramos un alto nivel de vanguardia y pinxtos modernos y elaborados. La presentación para ellos, es muy importante, y así se aprecia en la enorme barra, siempre repleta de gente.




Este ha sido nuestra pequeña experiencia de pintxos, sabemos que nos dejamos muchos sin probar, como el xtangurro, la piperrada, y otros... pero el tiempo no nos dio para mucho más. Así, que como siempre hacemos, os animamos a que, si habéis visitado esta maravillosa ciudad y os habéis ido de pintxos y poteo, nos contéis cuáles han sido las elaboraciones que más os han gustado. :) Por nuestra parte, seguro que volveremos, con las pilas cargadas y los estómagos vacíos para llenarlos de modernidad y tradición. ¡Agur!


jueves, 12 de noviembre de 2015

CUATRO DÍAS EN FUERTEVENTURA


Fuerteventura, de norte a sur y con un coche de alquiler, es un destino fantástico para los amantes de olas, del viento, del senderismo, las playas y en definitiva, de la naturaleza bruta.