La brújula mochilera: VIAJE A HUNGRÍA: BUDAPEST (parte II)

BUDAPEST: PEST (parte II)

En la primera parte de la entrada hablábamos de Buda, la parte histórica y legendaria de la ciudad. Hoy toca Pest.

Llegamos a Pest, y es obligatorio hablar del edificio más popular y fotografiado de la ciudad. El famoso Parlamento (Országház), su símbolo. Construido a finales del siglo XIX al más puro estilo neogótico. Las imágenes hablan por sí solas.

Vista frontal del Parlamento

El Parlamento visto desde el río.

Lo mejor: fotografiarlo al atardecer.

Pest es la zona nueva, por decirlo así. Allí, están la mayoría de comercios, restaurantes, empresas, y hoteles o apartamentos de la capital húngara. Aunque también rezuma historia por todos sus rincones. Como la Sinagoga en la calle Dohany (la segunda mas grande del mundo). O el gigantesco Mercado Central, donde puedes encontrar los productos húngaros más típicos, tanto de gastronomía como de ropa o decoración. Perfecto para comprar un regalo y para hacer una paradita y comerte un goulash o un langos dulce (ya desvelaremos qué es eso).

Típica muñeca húngara.

Yo no soy mucho de ir de compras, pero para aquellos amantes del consumismo sin límites, recomiendo pasar por la calle Vaci Utca. Allí se encuentran las tiendas y comerciales mas típicos, y además, al mejor precio. Budapest es una de las ciudades europeas con los precios mas baratos que he visto. Muchos locales, además, están en pleno en stock, y el coste de los artículos es aun mas bajo.

Compras, compras, compras...

La Avenida Andrassi es una de las calles mas emblemáticas de Budapest. Recorre la ciudad desde el centro neurálgico hasta la Plaza de los Héroes. En su centro, se erige el llamado Memorial Milenario, con las estatuas de los fundadores del país, procedentes de la tribu de los Magiares.

Y muy cerca se encuentra el parque municipal, un lugar perfecto para pasear, tirarse en el césped y tomarse un café o una cervecita en alguno de sus chiringuitos. Su interior también alberga el castillo-museo de los magiares, con el que nos encontramos por casualidad.

Castillo de los Magiares.

Y en ese mismo parque, encontramos uno de los balnearios o baños de la ciudad, el de Szechenyi. No lo habíamos comentado, pero por si alguien no lo sabe, Hungría es el país de las aguas termales. Esto es debido a la composición geológica de su terreno y a sus aguas con alto contenido en minerales. Solo en Budapest, existen varios: Rudas (árabe), el situado en Gellert... Nosotros elegimos Szechenyi, construido a principios del siglo XX imitando el estilo renacentista, de gran belleza arquitectónica. quince piscinas exteriores e interiores. Unas gélidas, que ni las catamos. Y otras a 37 grados. Lo de las saunas a 60 grados ya es otro nivel. Solo para húngaros auténticos. Parece que todo esto podría costar una pasta, pero no, el precio de entrada son unos catorce euros. Totalmente recomendable. Y sobre todo, para ir en buena compañía.

Los baños termales Szechenyi.

Szechenyi.

Una de las ventajas, es que los baños Szechenyi.permanecen abiertos hasta las 22.00.

La zona del parque municipal pilla algo lejos del centro, y por eso, es algo desconocida para las visitantes. Nosotros tuvimos la suerte de alojarnos allí los primeros días, y mi consejo es que si vais a Budapest, hagáis una pequeña visita, que en transporte público no se tarda nada. Aquí os dejo unas fotos de los enormes e imponentes caserones que se encontraban en una calle cercana a nuestro hotel.

Caserones en Pest

Parece que en Budapest aun existen los "reformatorios religiosos"

Mas caserones.

Seguimos recorriendo Pest, pero para los mas gambiteros, quería dar un par de apuntes sobre la vida nocturna que allí puedes encontrarte.

Los Ruin Pub son una de las principales opciones nocturnas de Budapest. El famoso Szimpla, el Instant, el Corvinteto... Sitios y naves abandonadas y deshabitadas, que posteriormente fueron recicladas, remodeladas al estilo okupa (pero sin serlo) y abiertas al público. Como Tacheles en Berlín, tristemente cerrada hace unos años. ¿Cual es la pega? ¿O las pegas? Lo primero es que quizá estos lugares ya no nos resultan tan sorprendentes, quizá hace unos diez años lo fueron, pero ya los tenemos mas que vistos en otros lugares como Alemania, Inglaterra, y también en España. No me interpretéis mal, están muy bien ambientados y tienen…rollo, pero al menos a mi, no me pillan ya por sorpresa.

El ruin pub mas famoso de la ciudad: El Szimpla

Fachada del Szimpla

El Retox Bar (no se si era Ruin Pub, o pub a secas, pero del mismo estilo)

Además de ser un pub, el Retox era un albergue para los mas fiesteros.

El ruin pub Instant

Y la segunda, es que son enormemente turísticos, pasto para guiris ebrios y quemados, sobre todo en verano. Los mismos húngaros te lo dicen. Aunque bueno, casi toda Budapest es así, como un parque temático para el turismo. Y es que las autoridades del país, además de fomentar alegremente el odio hacia los extranjeros, saben que viven de ellos.

Los ruin pub y su público habitual

Bueno, todos no estaban ebrios, tampoco hay que generalizar , pobres.

Sin embargo, si sabes donde buscar, puedes encontrar planes que se salen de lo común. Aquí podéis ver una fiesta de música romaní organizada por Radio Tilos, la radio comunitaria de la ciudad. Los húngaros saben divertirse y disfrutar de la vida, en especial, los más pequeños, quienes lo daban todo en la pista de baile.

Bailando en Tilos Festival.

Los reyes de la fiesta

Las caras de este hombre eran épicas

No podía acabar esta entrada sin mencionar Isla Margarita y la isla de Obuda. Ambas situadas en medio del Danubio, y son un perfecto reducto para huir del bullicio de la ciudad. Allí además, se celebran varias fiestas y festivales, como el famoso Sitges, que tiene lugar en agosto.

Isla de Obuda.

Tuvimos la oportunidad de dar un paseo en barco por el río, y paramos en la segunda, en Obuda. La verdad es que parecía cualquier sitio menos Hungría. El tiempo no acompañó, pero igualmente pudimos disfrutar. Encontramos un sitio perfecto, el Ketrombusz.

El Ketrombusz

Uno de los autobuses por fuera

Por dentro

Detalle de los baños

Piscinas

Creo que Budapest es una ciudad que se sale de lo común, no encuentro grandes paralelismos con la típica urbe europea. Y lo mejor, es caminar por sus calles, dejar que éstas te sorprendan. Especialmente al atardecer: los atardeceres sobre Budapest conforman un espectáculo mágico. el cielo se torna de un rojo anaranjado intenso, dándole a la ciudad una atmósfera mágica y casi irreal. Como decía una compañera del viaje, Budapest es difícil de conocer, parece no mostrarse del todo. Hasta que al final, tras pasar varios días allí, acabas amando cada uno de sus rincones, y resulta una dura tarea coger la mochila y marcharte dejándola atrás.