martes, 21 de julio de 2015

EL PERRO NEGRO DEL MONASTERIO DE EL ESCORIAL






"Decían que le veían de noche andar alrededor de las obras del Monasterio, con estas cadenas y aullidos, y no faltaba quien decía y afirmaba que le veían saltar por las grúas de la iglesia, y de un brinco pasaba del pescante de la una al de la otra, que no podía ser sin alas"



Fray José de Sigüenza "La fundación del monasterio del Escorial" 1595

 




Cuenta la leyenda que durante la construcción del Monasterio de El Escorial, un perro negro vagaba por las inmediaciones de la zona, atormentando a los que en ella trabajaban. Y también al rey, a Felipe II, el rey prudente........ el , por aquel entonces, llamado Monarca del Mundo.

Según dicen, el temible cánido aparecía de repente, cuando menos se lo esperaban. Tenía a todos atemorizados. Hasta que un día, el rey decidió que lo mejor sería darle caza. Una mañana, mientras los frailes rezaban en  el claustro, volvieron a escucharse sus aullidos.Fue el padre Villacastín, quien acompañado de otros tres monjes, bajó al sótano donde se encontraba el perro. Allí lo apresaron sin piedad. Después fue ahorcado en una de las ventanas del Monasterio.


Pasaron años desde aquel suceso y la obra del Escorial, fue por fin terminada. Pero el espíritu del perro seguía presente, encerrado tras los muros del gigantesco monumento. O por lo menos, así lo creía Felipe II. Aseguraba seguir viendo al perro merodeando por los pasillos del Monasterio, y dicen que no era capaz de conciliar el sueño escuchando los quejidos del animal. Y así sería... hasta su muerte.

¿Qué fue ésto? ¿Una maldición, quizá? Muchos escritores cuentan que tras el asesinato del perro, no cesaron de caer las desgracias sobre el monarca y su familia. Incluso hay quien asegura, que a partir de este suceso, el imperio de los Austrias empezó a perder su poder (derrota de la Armada Invencible, la intensificación de la rebelión de los Países Bajos...).


Los más místicos, afirman que el perro era Cancerbero (el mitológico guardián del reino de Hades). O el perro del infierno, el mismísimo perro de Satán. La leyenda negra que rodea al monasterio de El Escorial, tiene mucho que ver con esto. En teoría, el rey construyó el monumento en el lugar donde se situaba la boca del Infierno. Una puerta que conectaba con el mundo de las tinieblas. La misión de Felipe II fue taparla. Puede ser que el animal lograra escabullirse y atravesarla, llegando así al mundo de los vivos para no irse jamás...



Y ahora, volviendo a la realidad... ¿Qué hay de cierto en esta historia? La verdad, es que casi todo lo que podemos encontrar sobre ella es bastante incierto. Existen muchas referencias a ella en libros donde relatan hechos misteriosos referidos a la zona. También en blogs especializados en estos temas. Pero ¿sucedió realmente?

Pues como casi todos los mitos y leyendas, el relato tiene su parte real. Hemos encontrado ésta en un ejemplar de "La fundación del monasterio del Escorial", escrita por el fraile José Luis de Sigüenza en el año 1595. Este monte, perteneciente a la orden de los Jerónimos, fue además bibliotecario del monasterio, cronista y consejero de Felipe II. Así que conocía de primera mano todo lo que sucedió durante las obras y durante gran parte de la vida del rey.



Según sus propias palabras, en el año 1577, los trabajadores de la obra, comenzaron a extender la noticia de la existencia de "un perro grande y negro, con unas cadenas arrastrando y que de cuando en cuando, daba unos aullidos temerosos". Fueron muchos los que fueron propagando el rumor, e incluso decían que el perro y sus cadenas simbolizaban los motines que se sucedían en el reino. Y es que, en estos años, se produjo la revolución de los canteros y alguna manifestación popular en contra del diezmo impuesto por la corte.

Pero vamos, que según el padre Sigüenza, no eran más que habladurías. El hombre, muy pragmático él, daba una explicación mucho más racional de lo que estaba pasando. Cuenta que en el pueblo, había varios perros grandes pertenecientes a los señores, a los nobles. Y por las noches, hacían pandilla. En una ocasión, el perro del Marqués de las Navas, un gigantesco alano, se escapó y se  coló dentro del monasterio. El pobre animal no era capaz de salir, y ladraba desesperado para que su dueño se enterara. Mientras, los frailes celebraban su ceremonia habitual del amanecer. Y oyeron los ladridos del perro.



"Apenas quedó religioso al que no se le erizase el vello" cuenta Siguenza. Vamos, que se acojonaron vivos. Y entonces, decidieron poner solución al asunto e ir a por el perro.

"Fray Antonio Villacastín estaba en Maitines. Salió con otro fraile, bajó a los nichos y a la bóveda donde el perro estaba. Asióle del collar, con harto poco miedo, que a los siervos de Dios no les espeluznan estas niñerías. Subiolo al claustro grande y colgolo de un antepecho, donde le vieron a la mañana cuantos entraban a oír misa, y una cosa tan esparcida y tan pública con la facilidad que se había levantado, cayó en un punto con la muerte de este inocente perro."



De verdad, que pobre bicho. Estos frailes del siglo XVI no se andaban con chiquitas. Así que según José de Sigüenza, esta fue la historia del perro. Se lo cargaron y lo colgaron de la ventana, así, sin más. Ni siquiera aparece aquí que fuera Felipe II quien lo mandó matar. Quizá el rey ni siquiera se estaba enterando de todo esto y estaba a sus guerras y a sus cosas. Es complicado decirlo.




La leyenda del perro es muy famosa, para gente de la sierra y también para Iker Jimenez, quien hizo un especial en Cuarto Milenio. Aquí os dejamos con un vídeo de Iker y del Gran Wyoming, que quizá os aclare algo más sobre este asunto ;)



Desde la Brújula Mochilera, te invitamos a que visites la zona y compruebes tu mismo la existencia del perro negro... ¿será cierta? Y eso sí, que si escuchas sus ladridos..... ¡corre!



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