viernes, 30 de octubre de 2015

LEYENDAS DE LA SIERRA MADRILEÑA

La noche de los muertos, de los difuntos, Halloween, el Shamein celta… El 31 de noviembre, todo el país celebra esta fecha tan especial para aquellos amantes de las leyendas terroríficas y misteriosas. Y en la sierra madrileña, no seremos de calabazas y de pedir caramelos en las puertas, pero podemos presumir de que la zona cuenta con sus propias historias de terror, cuyo origen, más o menos incierto, os contamos en esta entrada del blog.




EL CRIMEN DEL NIÑO PEDRÍN

Historia verídica y conocida por todos los vecinos de San Lorenzo de El Escorial. A finales del siglo XIX, se produjo la desaparición de un monaguillo del monasterio el día de navidad. Su familia y la gente del pueblo lo buscaron sin resultado, hasta que el 10 de febrero sus restos fueron encontrados en un rincón del monte Abantos.
Existen varias hipótesis sobre su brutal asesinato. Por una parte, se culpó a un hombre apodado El Chato, quien ya tenía a a sus espaldas un historial de acosos a jóvenes de la zona. Por otra parte, hay quien cree que los frailes del monasterio acabaron con él para obtener su sangre fresca, y curar con ella la tuberculosis de algunos de sus compañeros. Sea como sea, en el lugar donde se encontró el cuerpo, se esculpió una cruz en piedra para honrar su memoria.




OVNIS EN ROBLEDO DE CHAVELA


Robledo de Chavela fue escenario en los años 80 de hasta tres casos significativos de avistamientos de ovnis en sus alrededores. Tal fue el revuelo de los acontecimientos que hasta la prensa seria se acercó a esta localidad para registrar los sucesos.
Se cuenta que la primera aparición fue vista por los lugareños entorno al campanario de la Iglesia de la localidad. Cuatro luces intensas y silenciosas dieron vueltas alrededor del campanario y desaparecieron en el horizonte, tomando como dirección la estación de seguimiento de satélites de la NASA (MDSCC).Tiempo después y por segunda vez, los lugareños vislumbraron como un haz de luz surcaba el cielo cruzando el pueblo de punta a punta, desde la iglesia en dirección a la MDSCC. Esta vez las luces aparentaban tener una forma triangular y cuyo movimiento provocó una estela rojiza.
El último avistamiento y no menos espeluznante, narra el aterrizaje de un objeto con forma de huevo (según los testigos) en una de las praderas del municipio, de cuyo interior salió un ser bastante alto y con forma humanoide a explorar el terreno, ajeno a las miradas incrédulas de unos pocos testigos.




LAS MUJERES RIENTES

Dice la leyenda que hace muchos años en el claro de un pequeño pinar de Robledo de Chavela, se reunían un grupo de mujeres ataviadas con ropajes oscuros, que practicaban rituales en secreto. Sus clientas, mujeres opulentas de la ciudad, confiaban en que las hechiceras pudieran solucionar los problemas y desdichas de éstas.
Con brebajes, bailes y cánticos profanos, las hechiceras invocaban a los espíritus para atraer la buena suerte u otorgar el don de la eterna juventud. Alrededor de un caldero, bailaban y canturreaban a la luz de la luna y entre la opaca oscuridad.
Una noche cualquiera, las hechiceras comenzaron su ritual implorando a los espíritus. Alzando las manos a la oscura noche, bailaron y danzaron alrededor del caldero, con la mala fortuna de acercarse demasiado al fuego. Sus prendas fueron pasto del fuego y murieron entre las llamas.
Sus cuerpos calcinados fueron esparcidos por el pinar como nutriente natural, y sus huesos fueron depositados junto a la piedra de El Lisadero como advertencia. Desde entonces pueden escucharse las risas de las hechiceras entre los pinos, pues tal vez no fueran unas impostoras.


LA DAMA DE LA CRUZ VERDE

Cuenta la leyenda que en la carretera del Puerto de la Cruz Verde, algunas noches hay una mujer haciendo autoestop. Hace tiempo, un viajero que pasaba por dicho lugar,paró a recoger a la mujer, pues se encontraba en un punto alejado de cualquier pueblo y en plena oscuridad.La mujer tímidamente se subió al coche y le pidió al viajero que le acercara al siguiente pueblo.
En un momento del camino, subiendo por las escabrosas curvas de dicho puerto, la mujer comenzó a ponerse nerviosa y gritar sobre la peligrosidad de las curvas: "Yo me maté en esta carretera". El viajero asombrado por dicho comportamiento miró hacia la pasajera, que para su asombro había desaparecido del coche.Cuando el viajero quiso volver a mirar hacia la carretera, se había despeñado por la ladera.




LA PISADA DEL DIABLO
Una leyenda de origen y trasfondo religioso, cuenta como Martiña, una pequeña vecina de El Escorial, se encontró con el mismísimo diablo vestido de campesino en la Silla de Felipe II (desde donde el monarca contemplaba su obra). Este quiso arrebatar el alma a la niña, pero ella se negó porque era muy devota. El diablo se enfadó, tanto que dio un pisotón al suelo y dejo para siempre un hueco en la superficie de las rocas donde se produjo el encuentro. A esa hoquedad, se le denominó para siempre "la pisada del diablo" y la figura de la niña, fue recordada como una especie de heroina al enfrentarse a él. Son muchas en nuestro país las leyendas e historias religiosas, con muchísimos parecidos entre ellas. Ésta, por ejemplo, nos recuerda a la del Acueducto de Segovia. Niñas y diablos, una combinación que aquí se lleva mucho.

(foto vía rafaelcondill.blogspot.com.es)
LA CRUZ DE NEFANDO

Y esta también va de cruces de piedra. En el municipio madrileño de El Escorial, en la Casita del Príncipe, a la derecha del Paseo de Los Tilos, se encuentra la llamada “Cruz de Nefando”. Según cuentan, su origen data del siglo XVI , cuando la Inquisición Española mando quemar vivo al hijo del panadero de la reina Ana de Austria (la cuarta mujer de Felipe II) por ser homosexual. En el lugar donde se dejaron las cenizas de este pobre hombre, se levantó la cruz, cuyo nombre se refiere al Pecado Nefando o que no debe mencionarse: la homosexualidad. Por aquella época, era, como todos sabemos, considerada como un agravio mortal, algo totalmente deshonroso. Menos mal que ahora han cambiado un poco las cosas. 


1 comentario:

  1. Leyendas curiosas de la zona, que demuestran que además de mucha historia y naturaleza, la Sierra de Guadarrama también tiene parte oscura. ¡Gracias por recordarlo, Brújula mochilera!.

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